martes, 3 de marzo de 2009

El sonido

Esa noche descubrí mi pesadilla,
tomé el mejor bate de mi armario, me puse una chaqueta y mis pantuflas,
bajé con miedo las escaleras, busqué las llaves de la puerta y de inmediato me armé de valor. Estaba dispuesto a acabar con el maldito sonido que desde hace días interrumpía mis sueños.
Me asomé dos veces para estar seguro, apreté con fuerzas el bate y golpeé tan fuerte como pude a un pobre perro que paría bajo el umbral de mi propio hogar, tú hogar.

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